viernes, 12 de noviembre de 2010

APARATO URINARIO. "CISTITIS".

La cistitis es la inflamación aguda o crónica de la vejiga urinaria, con infección o sin ella.

Etiología y patogenia

Puede tener distintas causas. La causa más frecuente de cistitis es la infección por bacterias gram negativas, destacando entre todas la Escherichia coli. Para que un germen produzca cistitis primero debe colonizar la orina de la vejiga (bacteriuria) y posteriormente producir una respuesta inflamatoria en la mucosa vesical. A esta forma de cistitis se le denomina cistitis bacteriana aguda. Afecta a personas de todas las edades, aunque sobre todo a mujeres en edad fértil o a ancianos de ambos sexos. Otras formas de cistitis son la cistitis tuberculosa (producida en el contexto de una infección tuberculosa del aparato urinario), la cistitis química (causada por efectos tóxicos directos de algunas sustancias sobre la mucosa vesical, por ejemplo la ciclofosfamida), la cistitis glandular (una metaplasia epitelial con potencialidad premaligna) o la cistitis intersticial (una enfermedad funcional crónica que cursa con dolor pélvico, urgencia y frecuencia miccional). La cistitis puede tener distintos síntomas como fiebre, vómitos, dolor de lumbago, dolor en el aparato reproductor, dolor al orinar, generalmente es muy dolorosa y requiere de medicamento pues se reconoce por ser la peor causante de sufrimiento entre todas las enfermedades terminadas en titis (gastritis, amigdalitis, meningitis etc.) ... En niños pequeños si al realizar las pruebas y el cultivo, éstas resultan que hay infección se realiza análisis de sangre y se ingresa al paciente.

Cistitis aguda

Es una infección bacteriana de la vejiga o las vías urinarias inferiores. Aguda significa súbita o grave.
 
Causas, incidencia y factores de riesgo

La cistitis aguda ocurre cuando las vías urinarias inferiores (uretra y vejiga) resultan infectadas con bacterias. La mayoría de los casos son provocados por la Escherichia coli, una bacteria que se encuentra en los intestinos. Cuando uno orina, ayuda a eliminar las bacterias de la vejiga; sin embargo, algunas veces, las bacterias se multiplican tan rápidamente que algunas permanecen allí.

La cistitis es poco común en los hombres. Las mujeres son mucho más propensas al desarrollo de esta afección. Es mucho más fácil para la bacteria viajar hasta la vejiga de la mujer, debido a que el trayecto no es tan lejos.

Esta enfermedad es muy común y afecta con mayor frecuencia a mujeres sexualmente activas entre las edades de 20 a 50 años. La relación sexual puede incrementar el riesgo de cistitis. Sin embargo, la infección también puede ocurrir en aquellas que no son sexualmente activas.

Los adultos mayores también presentan un mayor riesgo de desarrollar cistitis, lo cual se debe en parte a afecciones como la hiperplasia prostática benigna (HPB), la prostatitis y las estenosis uretrales.

Los siguientes factores también incrementan el riesgo de cistitis:
Incontinencia intestinal
Diabetes
Obstrucción de la vejiga o la uretra
VIH
Antecedentes de nefropatía analgésica
Nefropatía por reflujo
Inmovilidad o la disminución de la movilidad
Inserción de instrumentos en las vías urinarias (como catéter o cistoscopio)
No tomar suficientes líquidos
Síntomas
Color anormal de la orina (turbio)
Necesidad frecuente o urgente de orinar
Orina con olor fuerte o fétido
Necesidad de orinar en la noche ( nicturia)
Micción dolorosa (disuria)
Presión en la parte inferior de la pelvis

Los síntomas adicionales que pueden estar asociados con esta enfermedad son:
Escalofríos
Fatiga
Fiebre
Dolor de costado
Cambios mentales o confusión *
Náuseas y vómitos
Relación sexual dolorosa
Dolor de pene (poco común)

* Con frecuencia, en las personas de edad avanzada, los cambios mentales o la confusión son los únicos signos de una posible infección urinaria.
Signos y exámenes

Un análisis de orina comúnmente muestra glóbulos blancos (GB) o glóbulos rojos (GR). Puede haber sangre en la orina.

Se puede efectuar un urocultivo (muestra limpia) o una muestra de orina obtenida por catéter para averiguar qué tipo de bacterias está causando la infección y determinar el antibiótico apropiado para el tratamiento.
Tratamiento

La cistitis se debe tratar oportunamente. Para combatir la infección bacteriana se utilizan los antibióticos, los cuales deben tomarse en su totalidad durante el curso del tratamiento. Los antibióticos de uso más común son:
Amoxicilina
Cefalosporinas
Ciprofloxacina o levofloxacina
Doxiciclina
Nitrofurantoína
Sulfamidas tales como el trimetoprim-sulfametoxazol (Bactrim)

Se puede utilizar otro medicamento denominado fenazopiridina (Pyridium) para reducir el ardor y la urgencia asociados con la cistitis.

Se pueden recomendar productos de venta libre que aumentan el ácido en la orina, como el ácido ascórbico o el jugo de arándano, para disminuir la concentración de las bacterias en la orina.

El seguimiento puede abarcar urocultivos para constatar que la infección bacteriana haya desaparecido.
Expectativas (pronóstico)

La mayoría de los casos de cistitis son incómodos pero desaparecen sin complicaciones después del tratamiento.
Complicaciones
Insuficiencia renal aguda
Infección urinaria crónica o recurrente
Infección renal
Situaciones que requieren asistencia médica

Consulte con el médico si presenta síntomas de cistitis o si ya se le han diagnosticado esta afección y los síntomas empeoran. Igualmente, debe consultar si se desarrollan síntomas nuevos, en particular fiebre, dolor de espalda, dolor de estómago o vómitos.
Prevención

El hecho de mantener el área genital limpia y realizar la limpieza de adelante hacia atrás puede reducir las posibilidades de introducir bacterias desde el área rectal a la uretra.

El aumento del consumo de líquidos puede permitir que la micción frecuente elimine las bacterias de la vejiga.

La micción inmediatamente después de una relación sexual puede ayudar a eliminar cualquier bacteria que haya podido introducirse durante la cópula, pero si la persona no orina durante un período largo, las bacterias tienen tiempo para multiplicarse. La micción frecuente puede reducir el riesgo de cistitis en las personas propensas a sufrir de infecciones urinarias.

El consumo de jugo de arándano evita que cierto tipo de bacterias se adhieran a la pared de la vejiga y puede reducir el riesgo de infección.
 

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